Viñedo
El viñedo que da origen a este vino son viñas viejas, que se cultivan de la manera tradicional, sin añadidos químicos, sin productos estimulantes para la planta, solo la naturaleza y la mano del agricultor son los ingredientes de este cultivo.
Cultivamos buscando el equilibrio, por ello nos regimos respetando los ciclos de la naturaleza más propicios para cada operación, tal y como lo hacían nuestros antepasados desde hace siglos, es trabajar en “buena coyuntura” como decían ellos, que razón tenían.
Se vendimia cuando la uva en cata emociona, es cuando ha llegado al final completo de su maduración, tenemos claro que la madurez debe ser perfecta, por ello esperamos al máximo dejando que la madre naturaleza termine su trabajo, por lo que día a día se catan las uvas y se van seleccionando parcela a parcela el momento óptimo de la vendimia. Se recoge a mano, y se realiza una selección en campo exhaustiva, nuestra máxima durante la vendimia es “lo que no te vas a comer tampoco te lo vas a beber” por lo que escogemos solo aquellos frutos que están perfectos para lo que nosotros buscamos.
La zona y su clima
Nuestras viñas están en las montañas del mediterráneo del interior de Valencia, justo en el Altiplano del rio Cabriel, un rincón muy peculiar que goza de unas condiciones únicas para el cultivo de la vid, es un tesoro desconocido.
La clave de este altiplano es su peculiar clima en verano, condicionado por su altitud (750-1000 m) y su proximidad al mar mediterráneo, lo cual genera una compleja combinación de clima marino y de montaña increíble. Los días de verano son de perfil continental cálidos y secos pero las noches son de perfil mediterráneo, frescas y húmedas, lo cual estresa y relaja a la planta cada día, algo que todo enólogo sueña que pase en sus viñas, llegando a tener una diferencia térmica entre el día y la noche de más de 20 grados, un regalo para obtener vinos de mucha calidad. Un lujo que no se puede fabricar, o se tiene o no se tiene.
Variedades
Los primero restos arqueológicos de la elaboración de vino en la zona, bien documentados de la zona son Ibéricos, de gran riqueza, en el siglo V (A. de C).
El altiplano del Cabriel guarda un tesoro que muy pocas zonas han conseguido conservar, tenemos la suerte de poder disfrutar de variedades autóctonas que solo se cultivan aquí y que se han conservado a lo largo de los siglos como legado de nuestros antepasados dando a los vinos una personalidad única, desde la variedad estrella en tintos como la bobal, pasando por nuestra Tardana en blancos y llegando a la ya extinguida uva Royal, un variedad con la que somos de las pocas familias que aun elaboramos vino, ya que prácticamente ha desaparecido.
Muestra de ello es el Yacimiento arqueológico de las Pilillas, en en la pedanía requenense de Los Duques. Data de la época íbera, aproximadamente del siglo V (A. de C.) se encuentran las pruebas de la producción de vino en el municipio de Requena en el siglo V (A. de C.).
Bobal
La variedad de uva Bobal es la más extendida en la zona la Denominación de Origen Utiel-Requena. Esta uva autóctona ocupa el 75% de la superficie total del viñedo, y se adapta perfectamente a su clima y territorio.
La presencia de la bobal en la zona, no es reciente, hay constancia de su existencia desde le siglo IX, siendo también una de las variedades citadas en el siglo XV, por Jaume Roig en su libro “L’Espill ó Llibre de les dones”.
“la pus sana de muntalbana, Boval, o Negrella si volent plantar i corear pus fructos i virtuos”